La absolución por parte del CONI Italiano de Danilo Di Luca, renombrado ciclista profesional, que de una u otra forma ha estado en la picota desde hace casi un año, supone un respiro para el ciclismo profesional y por ende para el deporte de élite.
No hay duda alguna que los controles antidoping van perfeccionandose a lo largo de los años, pero siempre hay que tener un cuidado especial con las modificaciones que puedan existir en diferentes sustancias que aparte de poder mejorar el rendimiento pueden ser producidas por el propio organismo.
Este caso nos demuestra que cuando se trata de modificaciones en las concentraciones de algunas hormonas, hay que hilar mucho más fino de lo que se hace en la actualidad. Como decía, se ha avanzado mucho en la sistemática del control antidoping y la puesta en marcha de una prueba en base a isótopos radiactvos permite diferenciar con claridad (no sé si absoluta o no) los casos de modificaciones significativas en las concentraciones de testosterona (o del índice testosterona/epitestosterona) o de nandrolona (o de su metabolito). Pero ya vemos que cuando hablamos de otras hormonas, necesitamos mejorar el nivel de conocimiento y de análisis para llegar a resultados concluyentes.
En definitiva, estoy contento con este resultado que permite resarcir (en una mínima parte, es cierto) al mundo del deporte de competición y más específicamente al ciclismo de élite, del contínuo paralelismo que algunos intentan establecer entre doping y rendimiento.
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