viernes, 3 de agosto de 2007

Iban Mayo solicita el contraanálisis. Tiene algún sentido?

Hasta hace unos años cuando un deportista sometido a un control antidoping daba positivo en la muestra A, solicitaba el contranálisis (análisis de la muestra B) y el resultado siempre era el mismo. Por tanto la solicitud del contraanálisis parecía más una cuestión de imagen ante la opinión pública y de permitir que pasara el chaparrón inicial con la duda de si había tomado alguna sustancia prohibida o no. Eran los tiempos en los que los controles antidoping eran básicamente cualitativos (es decir, la aparición de una sustancia independientemente de su cantidad o concentración daba lugar a un resultado positivo) y por ello se limitaban a las sustancias que no podía generar el organismo humano.

El caso es que cuando comenzaron a realizarse análisis cuantitativos (la aparición de una sustancia sólo daba resultado positivo cuando superaba una concentración determinada) para poder de esta forma discernir entre utilización terapéutica o con ánimo de dopaje (caso de efedrina, cafeina en su tiempo,..) o poder discernir entre utilización exógena o no (en el caso de sustancias generadas por nuestro organismo (léase testosterona, nandrolona, EPO,...), los análisis se complicaron y los resultados no eran tan concluyentes para algunos. De ahí los cambios de criterio a lo largo de los últimos 20 años en el control de la testosterona, de la nandrolona, de la EPO,...

Y lo que antes no sucedía nunca, comenzó a suceder. Hubo casos en los que el análisis positivo de la muestra A, no se confirmaba en la muestra B. Y eso sucedía principalmente con la Eritropoyetina. Hasta el 2005 y refiriéndonos al control de EPO, hubo un 10% de casos en los que el positivo de la muestra A no se confirmaba en la muestra B, como comentan en el siguiente artículo. Ello dió lugar a que la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) organizara una reunión con responsables de laboratorios antidoping, con el fin de unificar los métodos de análisis de EPO y principalmente lectura e interpretación de los resultados.

A posteriori existe una mayor concordancia de resultados entre las muestras A y B en el caso de la Eritropoyetina.

Con todo lo anterior, parece lógico que Iban Mayo haya solicitado el contranálisis ya que pudiera ser el caso que su resultado no confirmara el hallazgo en la muestra A, aunque es difícil que así resulte.

En unos días, tendremos la solución definitiva al caso.

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